jueves, 5 de agosto de 2010

Diario de un peregrino (4ª etapa)


Esta etapa nosotros la hacemos más dura que la que usualmente se realiza, ya que en vez de partir de Bruma y hacer noche en Sigüeiro, nosotros continuamos hasta las puertas de Santiago de Compostela, en el Polígono del Tambre.

Por tanto, si bien la dificultad es menor por la orografía del terreno, prácticamente llano, los kilómetros añadidos unido a los que llevamos en las piernas se convirtieron para la mayoría en la jornada más dura. Además, desde Sigüeiro hasta nuestro destino, el Hotel Castro fueron los kilómetros más duros, con subidas y bajadas haciendo zig zag a la carretera general para no discurrir por ella.
Si a eso le unimos que nuestras heridas en los pies y las molestias musculares nos impedían llevar un buen ritmo,la etapa se hizo más larga y cansada. En mi caso, no os podéis imaginar el dolor que sentí nada más ponerme la zapatilla por el roce de la ampolla que tenía en carne viva. Os prometo que la sensación que tenía era que me sería imposible acabar la etapa. La primera hora fue horrible, pues no quería forzar la postura al caminar para que me rozara lo menos posible para evitar que me salieran nuevas heridas o un dolor muscular añadido, así que aguanté el dolor como pude y seguí caminando eso sí, con un paso mucho más lento. Con el paso de los kilómetros no sé si es porque el dolor se asume o porque se van calentando las heridas, pero el dolor aminora un poco. Pero me mataba parar a descansar porque el comenzar de nuevo a andar me provocaba de nuevo un dolor insoportable. Así que decidí ir a un paso constante y suave pero sin parar, aunque eso me provocara al final mayor cansancio.

En cuanto al paisaje, se discurre por algunos caminos por bosques y hay bastante cambio de trayectos, excepto los últimos 6-7 kilómetros antes de llegar a Sigüeiro en el que caminamos por una pista forestal que es toda recta y se hace interminable.

El Hotel Castro donde dormimos está en el mismo trayecto del Camino y las habitaciones son decentes. Lo que sí nos sorprendió fue el Restaurante, de 2 tenedores y con una carta buenísima que nos recompensó la dureza del camino andado.

A destacar el pulpo a feira, para mi gusto el mejor de todos los que hemos probado.

Los mejillones en vinagreta, espectaculares, en su punto de aliño y cocción.



Buenísima la empanada de marisco. muy jugosa y con una masa muy bien conseguida.



La chuleta de ternera, perfecta de sabor y muy bien conseguido el punto.



Del surtido de postres, me quedo con la tarta de queso, y con la tarta de Santiago.

Además se unió al viaje nuestro amigo Nito que nos acompañaría en Santiago de Compostela por lo que disfrutamos de una muy agradable velada. Los camareros muy atentos, serviciales y simpáticos.


Bon Camiño

2 comentarios:

  1. Vaya mejillones... madre de Dios. Y el resto, sin comentarios. Pero me quedo con lo primero, porque los he probado por allí y aluciné!!

    Ssludos y a seguir luchando ¡¡¡no hay dolor!!

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  2. Conste que lo he seguido, Manolo. Empiezo hoy de vacaciones y no se si lo podre seguir. Abrazo, ánimo y hablamos a la vuelta. Ramiro.

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