Hola,
Hoy más que una receta os presento una tradición: El Perol Cordobés.
Como podréis imaginar, el nombre proviene del utensilio que se utiliza para hacer el arroz. Pero este nombre no abarca solo a la elaboración de un arroz en un perol. En Córdoba, “IRSE DE PEROL” significa pasar un día en el campo en el que la elaboración del perol es el colofón final a una jornada en la que se preparan numerosos aperitivos regados con buen vino y cerveza.
Lo tradicional es que el perol se coma a última hora, (estamos hablando a partir de las 5 de la tarde), cuando parece que ya no podemos comer más, pero siempre se hace un hueco para el arroz.
Aunque lo más cómodo es hacerlo con un “rosco” de gas butano, lo genuino es elaborarlo con leña. En el video que os presento, el sofrito lo preparé con fuego de gas, pero el arroz se hizo con leña. Da un sabor especial “a campo” que no lo da una hornilla.
Más que por lo bueno que esté, la elaboración del perol conlleva una parafernalia típica que es lo que más me gusta de hacerlo: siempre se une algún pinche para cortar los elementos del sofrito, para mover el arroz o para avivar el fuego. Otros siempre cuidan que no les falte una cerveza a los cocineros o una tapa de las que se preparan. Normalmente, el perol lo suelen hacer los hombres. Algunos es lo único que cocinan en su vida, aunque esto va cambiando.
Sobre los ingredientes, y la forma de elaborarlo, no me atrevería a dar una receta como genuina, ya que aquí “cada maestrillo tiene su librillo”. Casi todos los peroles tienen en común la elaboración de un abundante sofrito y la utilización de carne de cerdo y pollo (algunos lo hacen con conejo, liebre o zorzales). El vino, por favor que sea de la D.O. Montilla-Moriles, para rehogar la carne también es denominador común.
Cada vez se utiliza más el caldo de verduras y pollo para hacer el arroz, aunque son todavía muchos los que utilizan agua y la “milagrosa” pastillita de Avecrem (para mí es casi un crimen).
El punto óptimo del perol se consigue cuando este todavía tiene algo de caldo, dejándolo reposar de cinco a diez minutos. No tiene que quedar seco.
Si hay un día típico en Córdoba para hacer un perol, ese es el 24 de Octubre: San Rafael. ¿Qué cordobés no tiene un Rafael en la familia? Ese día es fiesta local. Pese a no ser el patrón de la ciudad (lo son San Acisclo y Santa Victoria) , en este enlace podréis encontrar los orígenes de la veneración que se siente en esta ciudad por este Arcángel custodio de Córdoba.
Hace unos días nos encontrábamos pasando el fin de semana en una casa de turismo rural al norte de la provincia (Villanueva del Duque) con unos amigos, y como el sábado era el Día de San Rafael, como no podía ser de otra forma, hicimos un perol cordobés. Antonio, Jesús y Francisco fueron unos excelentes pinches. Antonio, cuidando sobre todo que el fuego estuviese en su justo punto; Francisco ayudándome en el corte de las verduras del sofrito, y Jesús removiendo el arroz y dándome consejos magistrales sobre la elaboración del arroz. (Siempre solía dejar reposar el arroz con un periódico o cartón y él, con buen criterio me sugirió dejarlo destaparlo para que se oxigenara).
Bueno, sobre todo, pese a que la gastronomía cordobesa no destaca, comparándolo con las grandes zonas arroceras del Levante español, por la elaboración del arroz, sí lo hace la tradición del perol cordobés, que pese a las prohibiciones del Infoca de hacer fuego en el campo seguirá siendo una costumbre inherente a los cordobeses.
Buen provecho, y saludos desde Córdoba