A estas alturas ya no importa ni el dolor de pies ni las heridas; solo piensas en las ganas que tienes de llegar.
A medida que te adentras en Santiago los sentimientos se multiplican y se dispara la adrenalina cuando divisas las Torres de la Catedral.
Difícil es explicar qué se siente cuando vas entrando por la Rua de San Francisco y entras a la Plaza del Obradoiro al son de una gaita que suena bajo el arco de la calle que sube al lateral de la Catedral. Se unen infinidad de sentimientos difíciles de comprender si no vives esa experiencia.
Tras hacer una larga pero rápida cola nos adentramos por la nave crucero para asistir a la emotiva misa del peregrino, que gana en significado cuando asistes tras hacer el camino. Es recomendable quedarse a escuchar la misa en esta nave crucero pues así veras a la perfección el espectacular vaivén del Botafumeiro.
Como entrantes pedimos unas croquetas de marisco, que estaban buenísimas aunque lo único que le hubiera faltado seria que estuviesen un poco menos tostadas. Gran sabor a marisco y muy suaves.
También para compartir tomamos un arroz con bogavante y otro marinero, cada uno de ellos para dos personas (estábamos siete), y la verdad es que estaban exquisitos. Cada uno tiene sus gustos, pero a mí me gustaba más el marinero porque estaba mas caldosito.
Por ultimo, para los siete pedimos dos chuletones de ternera de un kg. cada uno, donde se notaba la buena procedencia de la carne y un punto perfecto. De guarnición un fuentón de buenas patatas fritas y otro de ensalada.
Altamente recomendable este lugar si váis a Santiago de Compostela. Muy buen y atento servicio.
Y hasta aquí llego este monográfico sobre el Camino de Santiago. Para mi una experiencia inolvidable y de lo mejor que me ha sucedido en los últimos tiempos. Reitero mi gratitud a mi
mujer Lucila por haberse quedado con los tres niños para que pudiera hacer el Camino y recomendar a todo el mundo que haga la peregrinación a Santiago por cualquiera de sus caminos aunque yo lógicamente y por desconocimiento del resto me quede con el camino inglés.
El "peregrino tecnológico" como me bautizaron mis compañeros de camino por el uso constante del iPhone, que ha sido el que me ha hecho posible postear in situ, se despide por unos días mientras paso un merecido descanso con la familia y espera que cuanto menos haya servido de entretenimiento.
Perdonad las faltas u erratas pero se hace difícil escribir en un teclado tan pequeño y en el que no encuentro como poner tildes ni nuestra española "Ñ" que sólo sale cuando este artilugio autocompleta palabras.