Esta segunda etapa discurre entre las localidades de Pontedeume y Betanzos . El paisaje, sobre todo en su primera parte hasta llegar a Miño, es maravilloso. Se camina por senderos perfectamente señalizados a través de espesos bosques de eucaliptos y riachuelos rodeados de profusa vegetación.
El tramo entre Miño y Betanzos, aunque muy bello también, se camina siempre sobre asfalto, y eso el cuerpo lo nota.
La orografía del terreno, ya que estamos bordeando las rías es montañosa. Así que hoy la etapa ha sido un duro rompepiernas. Auténticos "muros" para subir nos han parecido sobre todas, la subida que parte justo desde la salida de Pontedeume, digna de un buen final de etapa de La Vuelta, por su pendiente y extensión. Muy dura también la de la salida de Mino y la de Matacabalhos, próxima a Betanzos.
El tramo entre Miño y Betanzos, aunque muy bello también, se camina siempre sobre asfalto, y eso el cuerpo lo nota.
La orografía del terreno, ya que estamos bordeando las rías es montañosa. Así que hoy la etapa ha sido un duro rompepiernas. Auténticos "muros" para subir nos han parecido sobre todas, la subida que parte justo desde la salida de Pontedeume, digna de un buen final de etapa de La Vuelta, por su pendiente y extensión. Muy dura también la de la salida de Mino y la de Matacabalhos, próxima a Betanzos.
Peor aún nos ha resultado una pendiente que hay que bajar justo a la llegada a Betanzos.
El tiempo nos acompaño toda la etapa pues el día estuvo nublado y fresco, amenazando lluvia.
Muy cerca del final nos encontramos con una fiesta en San Paio; hicimos una breve parada y la verdad es que los vecinos fueron muy agradables. Nos ofrecieron bebida y fruta (unas ciruelas buenísimas.
Una vez llegamos a Betanzos, tras darnos nuestro tiempo para ducharnos y curar nuestros doloridos pies con ampollas por doquier (Paquito Muñoz ya se estrenó con una y Ramón, nada de nada) pretendíamos ir a cenar al Restaurante La Casilla pero estaba cerrado. Nos recomendaron ir al Restaurante El Pirri, junto a la plaza principal. De entrantes pedimos unos chipirones de la ría (magníficos), un pulpo a la gallega (perfectos y acompañados con buena cebolla), salpicón de pescado y la famosa tortilla de Betanzos, de doce huevos y aunque muy buena, le faltaba lo típico del lugar que ea hacerla muy poco cuajada. De plato principal, cuatro pidieron solomillo de ternera (dos piezas para cada uno) y Rafa Tejero y yo pedimos chuleton (enormes; no se como hubieran sido los "especiales" que eran de mayor tamaño. El precio, 41 € por persona pidiendo un vino Protos de cosecha y un Pesquera crianza.
Tras una copa nos fuimos a descansar temprano para la siguiente y durisima etapa que nos esperaba y que mañana os comentare.
Bon camiño.
Caray, esto si que es afrontar el camino con energías. ¡¡¡Se me cae la baba!!!
ResponderEliminarUn saludo.
Os sigo a diario. Un abrazo a todos.
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