Este utensilio puede ser muy útil o no usarlo para nada. Depende principalmente si te gusta la repostería o no. Pero una vez que la tienes, te puede servir para otros muchos usos: para hacer croquetas, para decorar platos (por ejemplo con un puré de patatas), etc.
El consejo que os doy es que si queréis haceros con una, no se os ocurra comprarla en los corteingleses y carrefoures de turno (perdón por los palabros), sino que la adquiráis en una tienda especializada de hostelería. En todas las ciudades hay tiendas para restauración y hostelería (sobre todo en polígonos industriales) que sin problema alguno suelen vender también a particulares.
Las razones de no comprarla en grandes almacenes son: La mayoría no sirven (son pequeñas, el material no es bueno,...), suelen ser muuuucho más caras y de un solo tamaño.
En las tiendas especializadas, las tienen de varios tamaños. Yo os aconsejo una grandecita (más vale que sobre espacio a que se te salga la masa). La mía es de 50 cm. Las boquillas las puedes comprar sueltas. Son perfectamente lavables.
Y una vez que la compres, a practicar. Si quieres, puedes iniciarte con una bolsa (yo he utilizado mucho las de congelación cortando por un piquito con la forma deseada). Las hay también desechables, aunque a mí me gusta más la tradicional.
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